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domingo, 2 de diciembre de 2012

Corazón de repuesto.

Ultimo domingo de noviembre. Y no tiene ganas de nada, menos de ti.

A su lado, comentarios sobre jugadas de voleibol; en su cabeza, recuerdos.

Por la ventanilla del coche pasan rápido árboles y molinos que tienen las mismas ganas de todo que ella.

Las decepciones siguen aumentando y aún queda mucha carretera por delante.

Sonreír todo el tiempo no vale de nada cuando se pierde en sus pensamientos y sus pestañas acaban pagándolo caro.

De vez en cuando se pasea por el rincón de los recuerdos solo por ver si encuentra el corazón que se quedo allí hace unos meses. A veces, la veo con ganas de salir al mundo pero la puerta siempre acaba por no abrirse, entonces vuelven las semanas rotas en dos y ahí ya no hay trocito de ''rock and roll'' que pueda juntarlas.

Cada jueves bebe de más para acordarse de menos. Cree que pintarse los labios de rojo y subirse el ánimo con 13 centímetros de tacón iba a ser suficiente.

Pero beberse la noche en chupitos de vodka no hace olvidar... Ni siquiera a los corazones de repuesto.

1 comentario:

  1. "corazones de repuesto" lo has descrito fenomenal, aunque uno se cambie de corazón todos los días la sangre infectará su latir y volverán las incertidumbres de la mano de ese alcohol que relatas, tan eficiente para darte alegría cuando estás feliz, tan inútil para deshacerse de la nube gris que acompaña el andar!!

    Saludos querida Martita, la espera fue larga, creo que fueron unos seis o siete meses, me da mucha alegría sentir tu visión de nuevo por este espacio!!!

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